Reseña del Libro Los Misterios de Jesus

El Gnosticismo

Introducción

Los Misterios de Jesús es un libro escrito por Timothy Freke y Peter Gandy, publicado en el año 2000. Los autores exploran la figura de Jesús desde una perspectiva que combina elementos de historia, mitología y misticismo. Argumentan que la historia de Jesús tiene profundas conexiones con las tradiciones mistéricas de la antigüedad, sugiriendo que el relato cristiano es, en gran parte, un mito simbólico en lugar de una biografía histórica.

Resumen y Contenido

Hipótesis Central

Freke y Gandy presentan la hipótesis de que Jesús no es un personaje histórico en el sentido convencional, sino una figura mitológica creada a partir de las tradiciones de los misterios paganos. Argumentan que muchos de los elementos del cristianismo tienen paralelismos claros con los mitos de dioses como Osiris, Dionisio y Mitra.

Temas Principales

  1. Paralelismos Mitológicos
    • Los autores examinan las similitudes entre la historia de Jesús y las historias de los dioses de los misterios. Destacan la muerte y resurrección, el nacimiento virginal, y los milagros, argumentando que estos elementos son comunes en muchas tradiciones religiosas antiguas.

Los autores afirman que la historia de Jesús no es la biografía de un mesías histórico, sino un mito que se basa en leyendas paganas imperecederas. El cristianismo no sería una revelación nueva y excepcional, sino que en realidad fue una adaptación judía de la antigua religión mistérica de los paganos.

  1. Las Raíces de los Misterios
    • Se exploran las raíces históricas de las religiones mistéricas en el Mediterráneo y el Cercano Oriente. Freke y Gandy sugieren que el cristianismo temprano tomó prestado ampliamente de estas tradiciones, reinterpretándolas en un nuevo contexto.

La espiritualidad pagana era en realidad el fruto depurado de una cultura muy avanzada. Esta espiritualidad se expresaba por medio de las vibrantes y místicas religiones mistéricas.

Se puede distinguir entre los misterios exteriores o esotéricos que todo el mundo conocía y rituales en los que todos podían participar y los interiores o esotéricos que eran un secreto sagrado que solo conocían quienes se sometían a un intenso proceso de iniciación. A estos últimos se les revelaba el significado místico de los rituales y los mitos de los misterios exteriores, lo que llevaba consigo una transformación personal y la iluminación espiritual.

En el centro de los misterios había mitos relativos a un hombre que moría, resucitaba y tenía muchos nombres diferentes. En Egipto era Osiris; en Grecia, Dioniso; en Asia Menor, Atis; en Siria, Adonis; en Italia, Baca; en Persia, Mitra.

Se podía construir la supuesta biografía de Jesús partiendo de temas míticos de Osiris-Dioniso:

  • Osiris-Dioniso es Dios hecho carne, el salvador e “Hijo de Dios”.
  • Su padre es Dios y su madre una virgen mortal.
  • Nace en una cueva o en un humilde establo el 25 de Diciembre ante tres pastores.
  • Ofrece a sus seguidores la oportunidad de nacer de nuevo por medio de los ritos del bautismo.
  • Convierte de forma milagrosa el agua en vino en una ceremonia nupcial.
  • Entra triunfalmente en la ciudad montado en un pollino mientras la gente agita palmas en su honor.
  • Muere en tiempo de Pascua como sacrificio por los pecados del mundo.
  • Después de morir desciende al infierno y luego, al tercer día, resucita de entre los muertos y asciende glorioso al cielo.
  • Sus seguidores esperan que regrese para juzgar a los ombres en el fin de los tiempos.
  • Su muerte y su resurrección se celebran con un ágape ritual consistente en pan y vino que simbolizan su cuerpo y su sangre.

La primitiva iglesia romana hizo todo lo que pudo para ocultar estas notables semejanzas. Su objetivo era, nada más y nada menos, erradicar los misterios.

Reconstruyendo la Religión Pagana. Los misterios paganos

En un principio “pagano” era un término despectivo que significaba “habitante del campo”, para dar a entender por parte de los cristianos que la espiritualidad de los antiguos era una superstición rural primitiva.

El mundo pagano construyó vastas bibliotecas, sus astrónomos sabían que la Tierra era una esfera que da vueltas alrededor del Sol. En Grecia, la cultura pagana alumbró los conceptos de democracia, la filosofía racional, las bibliotecas públicas y el teatro.

Existe una expresión más mística del paganismo.  Los pensadores, artistas e innovadores de la antigüedad eran iniciados en diversas religiones conocidas por el nombre de misterios.

Cicerón nos dice: “Estos misterios nos han llevado del salvajismo rústico a una civilización cultivada y refinada. A los ritos de los misterios se les llama iniciaciones y en verdad hemos aprendido de ellos los primeros fundamentos de la vida. Hemos adquirido la comprensión necesaria no solo para vivir felizmente, sino también para morir con mayor esperanza.”

Platón, uno de los grandes filósofos de todos los tiempos relata: “Contemplamos las visiones beatíficas y fuimos iniciados en el misterio que en verdad puede considerarse bienaventurado, y lo celebramos en estado de inocencia. Contemplamos visiones serenas, felices, sencillas y eternas, resplandecientes de pura luz.»

En el centro de la filosofía pagana hay una percepción de que todas las cosas son Una.

Salustio declara: Toda iniciación pretende unirnos con el mundo y con la deidad.

Plotino describe al iniciado como alguien que trasciende su limitado sentido de sí mismo, como un ego independiente que experimenta la unión mística con Dios:

Como si un dios se lo llevase o lo poseyera, llega a la soledad en quietud no perturbada, sin desviarse de su ser y sin ocuparse de su yo, en reposo absoluto. No conversa con una estatua o una imagen sino con la deidad misma. Y esto no es objeto de una visión, sino de otro modo de ver, un distanciamiento respecto del yo, una simplificación y renuncia del yo, un anhelo de comunicación, y una quietud y una meditación dirigidas a la transformación. Quienquiera que se vea a sí mismo de esta forma habrá adquirido semejanza con Dios; que se abandone a sí mismo y encuentre el final de su viaje.

  1. Jesús y la Sabiduría Esotérica
    • El libro propone que los primeros cristianos practicaban un tipo de espiritualidad esotérica similar a la gnosis, que enfatiza el conocimiento interior y la experiencia directa de lo divino.

Osiris-Dioniso era visto como una figura típica y corriente que simbolizaba a todos los iniciados. Los iniciados adquirían conciencia de que, al igual que Osiris-Dioniso, también ellos eran dios hecho carne. También eran un espíritu inmortal atrapado dentro de un cuerpo físico.

El cristianismo afirma que Jesús es el unigénito Hijo de Dios, sin embargo, también Osiris-Dioniso, es aclamado como el Hijo de Dios. Jesús es el Hijo de Dios, pero es igual al Padre.

Dioniso también era conocido por el nombre de Baco, de ahí el título de la obra de Eurípides, Las bacantes, cuyo personaje principal es Dioniso.

Del mismo modo que los cristianos celebran la natividad de Jesús, los iniciados en los misterios celebraban el nacimiento de Osiris-Dioniso, que era el maravilloso Hijo de Dios, el Misterio y el de nacimiento milagroso.

El Jesús que acaba de nacer recibe la visita de los tres Sabios, y de tres pastores. En realidad, los evangelios llaman a los tres Sabios los Magos, que eran seguidores de Mitra, el dios hombre del misterio persa.

  1. La Invención del Cristianismo Literal
    • Los autores sostienen que la interpretación literal de la historia de Jesús como un evento histórico concreto es un desarrollo posterior, y que originalmente el cristianismo era entendido de manera más simbólica y metafórica.

Estilo y Enfoque

Freke y Gandy escriben de manera accesible, haciendo que conceptos complejos sean comprensibles para el lector general. Utilizan una combinación de análisis académico y narrativa envolvente para presentar sus argumentos. La obra está bien documentada, con numerosas referencias a fuentes antiguas y estudios académicos modernos, aunque también ha sido criticada por su interpretación selectiva de las evidencias.

Impacto y Recepción

«Los Misterios de Jesús» ha generado una considerable controversia y debate en círculos académicos y religiosos. Mientras algunos elogian el libro por su enfoque innovador y su capacidad para cuestionar las creencias establecidas, otros lo critican por su falta de rigor académico y por interpretar las evidencias de manera tendenciosa.

Perspectiva Académica

  • Elogios: Los defensores del libro aprecian su audacia al cuestionar narrativas históricas tradicionales y su capacidad para conectar el cristianismo con un contexto más amplio de espiritualidad antigua.
  • Críticas: Los críticos argumentan que Freke y Gandy a menudo extrapolan demasiado de las similitudes superficiales entre los mitos, y que su trabajo a veces carece de la profundidad y el rigor necesario para sostener sus afirmaciones más controvertidas.

Análisis Temático

La Naturaleza del Mito y la Historia

El libro invita a los lectores a reconsiderar la naturaleza del mito y la historia, sugiriendo que las narrativas religiosas a menudo son más simbólicas que literales. Esto plantea preguntas importantes sobre cómo interpretamos los textos sagrados y qué significan para la experiencia espiritual.

Espiritualidad Esotérica vs. Religión Literal

Freke y Gandy abogan por una comprensión más esotérica del cristianismo, sugiriendo que la verdadera esencia de la enseñanza de Jesús es más sobre la transformación espiritual interna que sobre eventos históricos específicos. Esta perspectiva es particularmente atractiva para aquellos interesados en el misticismo y la espiritualidad personal.

El gnosticismo

El verdadero gnóstico vive en libertad y de acuerdo con el amor. El Evangelio de Tomás rechaza explícitamente el punto de vista judío de que el hombre debe regirse por la Ley

Un grupo gnóstico comienza casi siempre por una revelación divina a una personalidad religiosa sobresaliente, la cual, una vez iniciada, transmite al resto de sus seguidores la sabiduría revelada.

La Iglesia de los gnósticos cristianos de Nag Hammadi no es un grupo jerarquizado ni estructurado, ni tampoco una organización con cargos y oficios, sino un conjunto de fieles unidos por el amor.

Normalmente los gnósticos eran gente ilustrada, y no debían de pertenecer a las clases más bajas, sino a las medias y superiores del mundo antiguo. Se deduce este extremo del hecho de que la mayoría de las confesiones gnósticas basan su doctrina en difíciles interpretaciones alegóricas —para las que se exige una cierta formación intelectual no fácilmente accesible a los pobres— de textos sagrados previamente aceptados como tales.

En la práctica, es curioso percibir cómo las mujeres ocupan puestos destacados en las comunidades gnósticas. Observamos por los textos cómo desempeñaban cargos preeminentes como maestras, profetisas o misioneras, y participaban activamente en los ritos (bautismo, eucaristía, cámara nupcial, cf. posteriormente) y en las prácticas mágicas (exorcismos).

Para un gnóstico, la salvación es un acto eminentemente intelectual.

La unción tenía una gran importancia entre los gnósticos. Normalmente se celebraba a la vez que el bautismo, antes o después, y se ungían diversas partes del cuerpo, principalmente la cabeza. Servía igualmente para la defensa contra los demonios (se empleaba a veces como exorcismo), para el alivio de las enfermedades del alma y del cuerpo, pero ante todo como símbolo de la redención y el don de la inmortalidad.

La gnosis es más bien una atmósfera o un talante espiritual que abraza ciertas ideas básicas. Ahora bien, así considerada la «gnosis», sí existen indicios para suponer que como tal espíritu o talante gnóstico es anterior al cristianismo aunque su gran desarrollo sea paralelo a la formación de este último. Las figuras históricas que se hallan en los comienzos del movimiento gnóstico, como Dositeo, Simón Mago y Menandro, no tienen nada que ver con el cristianismo.

Aunque no tenemos textos específicos que nos permitan derivar con certeza el conjunto del ideario gnóstico de cualquier religión antigua, se ha sostenido que la «gnosis» es:

— una reelaboración del cristianismo primitivo con esquemas mentales helénicos (los Padres de la Iglesia) (Harnack);

— una orientalización del cristianismo (J. L. Mosheim; H. Ch. Puech);

— una helenización de las religiones orientales antiguas (H. H. Schaeder);

— una desvirtuación o degradación de la filosofía griega (H. Leisegang);

— una forma de religiosidad irania, centrada en un misterio de la «redención», que se expande durante el helenismo por todo el Mediterráneo (R. Reitzenstein; W. Bousset; G. Widengren);

— una variedad de un judaismo sincrético mitológico-dualístico (G. Quispel).

Las ideas gnósticas más comunes no puede encontrarse en un solo lugar. Hay que buscarlo tanto en el mundo indo-iranio, como en el griego, como en ciertas concepciones básicas de la mentalidad judía en época helenística.

En los documentos religiosos tanto antiguos (Avesta; Upanisads en la India; los himnos gátthás en el mundo persa) como más recientes (tratados persas pehlevis como el Bundahisn y Denkart, reelaborados en los siglos ix y x d.C., pero que conservan restos de muy antiguas creencias) de la religión irania se nos ofrecen muchos de los temas gnósticos principales que luego veremos tal cual, o desarrollados en diversas direcciones, en el gnosticismo posterior.

Las creencias o nociones fundamentales de la gnosis — en su forma más simple y fundamental— se extienden ya antes de la era cristiana por la zona oriental del Mediterráneo. Los motivos que conforman el ideario gnóstico son precristianos.

El método de utilización de la Biblia por los gnósticos es una mezcla de literalismo, a veces extremo, y alegoría, conforme a los cánones del método alegórico desarrollados desde antiguo tanto por los filólogos alejandrinos como por los filósofos estoicos para interpretar los mitos de Homero.

La antropología gnóstica tenía una importante proyección social, pues era un reflejo de la situación de la época. En las ciudades del Imperio convivían paganos, judíos y cristianos. Los paganos eran los materiales, «hílicos», destinados, como indicaremos luego con más exactitud, a la aniquilación. Los judíos y los cristianos corrientes eran los «psíquicos» (del griego psychéy «alma»): vivían la fe y estaban sometidos a las reglas morales; podrían salvarse en un estado intermedio. En el seno de la comunidad cristiana, los gnósticos, «espirituales» («pneumáticos», del gr. pneum a, «aire», «espíritu») se contraponían a los «eclesiásticos», los cristianos corrientes, incluidos los obispos y presbíteros.

Para la comprensión global de la gnosis en la Antigüedad, y en concreto de la gnosis representada por la biblioteca de Nag Ham-madi, debemos situarnos en los ambientes concretos del Alto Imperio Romano en los que tales grupos vivieron. La sociedad civil en la cual habitan esos grupos elitistas minoritarios de carácter religioso desconoce los libros sagrados. Esta constatación da lugar a una primera división, desde el punto de vista de esos gnósticos, que distingue a los «ignorantes» de los «conocedores» en general. Estos últimos se dividirían, a su vez, en dos grupos: los que poseen un conocimiento ordinario o superficial de los libros sagrados — que, por tanto, practican únicamente la exégesis literal de ellos— y los que tienen un conocimiento especial y profundo de esos libros sacros, por lo que practican una exégesis profunda, espiritual o alegórica. Nadie, salvo ellos, los gnósticos, sabe entender tales libros en su verdadera hondura y riqueza.

Novelas que han influido poderosamente en el hombre moderno, como Demiatt o El lobo estepario de Hermann Hesse, o las Instrucciones para un descenso a l Infierno de Doris Lessing, emplean, según Smith y G. Quispel, una gran dosis de concepciones gnósticas para aclarar, en monólogos o descripciones, como ejemplos de la continua pugna del mundo exterior y la realidad interior la complicada figura o los conflictos interiores de sus mórbidos personajes.

Colpe ha puesto de relieve cómo la gnosis es un instrumento indispensable para entender grandes producciones de este siglo: Marcel Proust, En busca del tiempo perdido, el Ulises de James Joyce, El hombre sin atributos de Robert Musil y la obra en general de Thomas Mann, con especial hincapié en José y su hermanos.

Lawrence Durrell en el Cuarteto de Alejandría, Albert Camus en El hombre rebelde

Recursos Recomendados

Para aquellos interesados en profundizar en los temas tratados en «Los Misterios de Jesús», se recomienda explorar las siguientes obras:

  • «El Mito de Jesús» de John M. Allegro: Un análisis crítico de los paralelismos entre el cristianismo y las religiones antiguas.
  • «Pagans and Christians» de Robin Lane Fox: Un estudio detallado sobre la interacción entre las religiones paganas y el cristianismo en la antigüedad.
  • «The Gnostic Gospels» de Elaine Pagels: Una exploración de los textos gnósticos y su impacto en la comprensión del cristianismo primitivo.

Conclusión

«Los Misterios de Jesús» de Timothy Freke y Peter Gandy es una obra provocadora que desafía las interpretaciones tradicionales de la figura de Jesús y del cristianismo. A través de su análisis de los paralelismos mitológicos y su defensa de una espiritualidad esotérica, los autores invitan a los lectores a reexaminar sus propias creencias y a considerar la posibilidad de que las historias religiosas puedan ser interpretadas de múltiples maneras. Aunque el libro ha suscitado críticas por su enfoque interpretativo, sigue siendo una lectura estimulante para aquellos interesados en la historia de las religiones y la espiritualidad comparada.

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